¿Una casa con un humedal en el desierto?
En junio comienza la prueba de funcionamiento de una vivienda económica sustentable en Antofagasta que no solo se amplía fácilmente, sino que también se arma rápido y se adapta al clima local. ¿Se imaginan una casa en el norte de Chile rodeada de un pequeño humedal que se nutre de aguas grises, con aves y plantas alrededor? Toda una revolución.
Antofagasta tiene un déficit habitacional enorme. Los requerimientos en la zona sólo son superados por los de las tres regiones más grandes de Chile: Santiago, Valparaíso y Bío Bío. En concreto, faltarían treinta y tres mil viviendas en este territorio, según datos de Déficit Cero, plataforma que suma el número de familias en campamentos y el de las personas en situación de calle al déficit cuantitativo oficial. Cifras más, cifras menos, es necesario actuar rápido para remediar la crisis.
Esta urgencia es la que impulsó al Centro de Innovación en Acero (AO Lab) a desarrollar una vivienda económica diseñada por Tomás Villalón, Premio Arquitecto Joven 2014, que iniciará su fase de monitoreo en junio de este año, en la Universidad de Antofagasta. “Comenzaremos el montaje a inicios de mayo y, desde ahora hasta esa fecha, estamos en prefabricación de piezas, partes y componentes de la vivienda para que consiga montarse en alrededor de 20 días”, detalla Alastair Aguilera, director de AO Lab y socio del hub de innovación Sinestesia.
Este veloz montaje (la construcción tradicional dura meses) es posible gracias a que el acero, componente básico de este modelo de vivienda, posibilita su prefabricación y futura industrialización para la producción en gran escala. El material, además, es infinitamente reciclable, reutilizable. Por otro lado, su diseño de 54 metros cuadrados en tres pisos permite ampliaciones seguras y ocupa poco espacio, para contribuir a la densificación de la ciudad. Y todavía hay más.
Viviendas que le sacan el jugo al agua disponible
El uso del acero permite un montaje en seco, es decir, sin consumo de agua durante la construcción, aspecto vital para una ciudad como Antofagasta donde este bien es escasísimo. La casa, además, utilizará un innovador sistema de tratamiento de aguas grises —provenientes de la tina, ducha, lavamanos, lavaplatos y similares— para regar, cargar el WC y, también, para alimentar un pequeño humedal aledaño. “En el proceso se constituye un humedal prefabricado, es decir, las aguas grises se van a un estanque bajo tierra que posee piedras de diferentes tamaños y contiene plantas que permiten purificar el agua”, detalla Aguilera.
Para Soledad Squella de Ecological, el laboratorio a cargo del desarrollo del sistema de tratamiento de aguas grises de esta vivienda, una familia de cuatro personas podría reutilizar hasta 400 litros de agua al día en el riego de ochenta metros cuadrados de áreas verdes, entre otros usos. La gracia de la experiencia en Antofagasta es que podrán probar los tiempos y costos de instalación del sistema en una vivienda a la que se acoplarán desde el inicio. Asimismo, Soledad quiere testear el comportamiento del humedal en esta ciudad, considerando el clima y la alta radiación solar de la zona, además de los materiales y proveedores locales: “hay algunas cosas que hay que comprar allá, como los áridos del humedal y las plantas, que tienen que ser nativas”, indica Squella.
Así, los beneficios de esta propuesta son muchísimos. No solo reduce el consumo de agua potable y aumenta el agua disponible para uso doméstico y riego de áreas verdes; también disminuye las islas de calor y el entorno seco que se observa en el norte del país. La adición de este humedal artificial en cada domicilio, incorpora un ecosistema acuático que atrae aves, insectos y entrega un espacio contemplativo a la familia. Paralelamente, rebaja la cuenta de agua y produce un nuevo mercado que crea trabajo. “Nosotros capacitamos mano de obra local para construir estos sistemas, por lo tanto, generamos empleo en la zona”, concluye Soledad.
Elevando los estándares de la vivienda social
Las aguas bajo tierra del humedal ayudarán a disminuir la temperatura de la vivienda. Por otro lado, la casa estará “levantada” del suelo, generando una sombra permanente para que bajo ella haya menos temperatura,“así, se toma aire desde abajo de la vivienda, se lleva hacia el interior de los humedales (este aire se va enfriando) y se lleva a la casa cómo aire fresco”, agrega el líder del proyecto.
Esta casa fue diseñada pensando en familias que reciben ayuda del Estado para la compra a través de subsidios (DS 49 o DS19). En ese sentido, buscan empujar el aumento de los estándares y el financiamiento de la vivienda económica. Y aunque la propuesta fue hecha para Antofagasta, con las respectivas modificaciones podría construirse en otros lugares de Chile, constituyéndose barrios que hagan más eficiente aún la estructura, los sistemas de paneles solares y de aguas grises, regando, por ejemplo, espacios públicos.
Para la directora de Ecological también será clave que la experiencia ayude a tomar conciencia sobre la necesidad de incluir sistemas de tratamiento de aguas grises en todas las viviendas que se construyan a futuro, especialmente cuando el impacto de la crisis climática está llegando, literalmente, a las puertas de nuestras casas.
March 21, 2023