¿Por qué no reciclamos la ropa en Chile?
Mientras pasamos de comprar trece a cincuenta prendas nuevas anuales en los últimos años, toneladas de ropa usada en mal estado se apilan en pleno desierto de Atacama. La ingeniera Rosario Hevia de Ecocitex se propuso eliminar los desechos textiles reciclando en una antigua hilandería de Macul.
En enero de 2022 la BBC dio a conocer al mundo que Chile, el mayor importador de ropa usada de Sudamérica, albergaba cerca de Alto Hospicio, en pleno desierto, un inmenso basurero de prendas de segunda mano provenientes de Estados Unidos y Europa. Y más aún: de las 59 mil toneladas de ropa usada que cada año ingresa a través del puerto de Iquique al país, las más deterioradas -el ochenta por ciento del total- son las que se apiñan en estos vertederos clandestinos.
Esto sigue ocurriendo pese a que Chile prohíbe arrojar desechos textiles en vertederos habilitados, ya que afectan el suelo y porque hay prendas que pueden demorarse hasta dos siglos en desintegrarse, amenazando la salud de las personas y la biodiversidad del desierto.
La historia fue parte de lo que impulsó a la ingeniera Rosario Hevia a fundar Ecocitex, emprendimiento que busca eliminar el desecho textil en Chile. Pero aunque llevan tres años trabajando y cuentan con un enorme reconocimiento internacional, todavía no se sostienen económicamente. La tarea es titánica, puesto que el reciclaje de ropa no es rentable, el negocio del fast fashion crece y crece, y aunque todos aplauden la economía circular y el triple impacto, otra cosa es con guitarra. Rosario se enfrentó a este problema enorme, con pocos actores buscando una solución concreta, pero dice estar convencida de poder crear un futuro mejor mientras ayuda a la mayor cantidad de personas en el proceso.
Partieron con Travieso, una tienda de intercambio de ropa infantil que a poco andar aceptó recibir incluso prendas rotas o manchadas al darse cuenta que no había solución sustentable para ellas. Después de peregrinar por varias instituciones preguntando qué hacer con la ropa en mal estado les dijeron que, simplemente, se botaba o donaba.
Para entonces ya recibían 400 kilos de estas prendas al mes. Decidieron comprar una antigua hilandería, reparararon todo con la ayuda de los mismos trabajadores y contrataron mujeres en proceso de reinserción social que quisieran capacitarse en clasificación y reciclaje de ropa. “Me di cuenta de que sí existía un proceso para reciclar ropa desde principios del siglo XX, el que se usaba para hacer lana. Hay muchas cardadoras, formas de desmenuzar, de hilar, hay ruecas manuales. El conocimiento está”, explica Rosario. Así, lograron producir lana reciclada para uso industrial y otros productos. Más tarde, desarrollaron telas del hilado, produciendo gorros y una línea de decoración para el hogar.
¿De qué manera recicla Ecocitex?
El proceso parte sacando botones, etiquetas, broches y demases, uno por uno, prenda por prenda, y continúa con la división de las piezas por color. “Es la forma más difícil de reciclar, pero permite no usar agua ni teñir las prendas, para no contaminar”, acota la ingeniera. Luego cortan, desmenuzan, sanitizan la ropa, la convierten en canelos y finalmente en hilos. Usan máquinas antiguas que no requieren electricidad y producen un material que no destiñe. Sin embargo, el costo de rescatarlo, no es indemne: gasta seis mil pesos por cada kilo de hilo recuperado, versus los mil doscientos que cuesta la misma cantidad de hilado importado. ¿Quién estaría dispuesto a pagar seis veces el costo?, se pregunta Hevia.
La respuesta no parece estar en el costo económico de la operación, sino en el valor agregado inmaterial que esta tarea produce, en términos de aporte al medio ambiente. De esta forma, después de tres años de trabajo y todos los premios ganados (tres Latinoamérica Verde, el Avonni en recursos naturales y medio ambiente, entre muchos otros más), la apuesta de Ecocitex y Rosario Hevia comienza a hacer sentido en las marcas de ropa: actualmente se encuentran en un proyecto junto a Ripley para hacerse cargo de parte de sus residuos textiles. Durante febrero participaron en la gala del Festival de Viña, pues Matías Assler y Juanita Ringeling usaron trajes sustentables diseñados por Magdalena Olazábal de MO Store, tienda que usa telas Ecocitex. La empresa, además tendrá presencia en el nuevo Mercado Urbano de Tobalaba, MUT.
El desafío actual es aumentar sus ingresos, instalar puntos de acopio y venta a lo largo de Chile e incrementar las membresías del Club Ecocitex. A nivel macro, esperan incluir al sector textil en la Ley REP, la que obliga a fabricantes e importadores a gestionar los residuos de sus productos.
Hoy, en Chile, cada uno de nosotros está comprando en promedio cincuenta prendas nuevas anuales al año. Si tomamos conciencia de los impactos de ser uno de los países con mayor consumo de fast fashion en el mundo probablemente podremos fortalecer iniciativas como la de Rosario y muchas otras que están pensando en el futuro antes de que sea demasiado tarde.
Eco Tokens
Glovox se ha sumado a la cruzada circular de Ecocitex, instalando Eco Tokens en sus eventos masivos que permiten hacer donaciones para el reciclaje de materiales textiles.
March 5, 2023