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La escena de raves ilegales en Irlanda: Un submundo en pleno auge

A partir de un artículo publicado por Vice, podemos conocer los secretos de la floreciente escena de raves ilegales en Cork, Irlanda. Cómo los jóvenes entusiastas del techno están transformando hospitales psiquiátricos abandonados, iglesias antiguas y ruinas de castillos en vibrantes epicentros de música y comunidad. Con testimonios de los participantes y una mirada íntima a la organización de estos eventos, Vice descubre una subcultura apasionada y unida que redefine la cultura de clubes.

Por:
Now-Mag

En la costa sur de Irlanda, la ciudad de Cork se ha convertido en el epicentro de una floreciente escena de raves ilegales. Lugares olvidados como hospitales psiquiátricos abandonados, iglesias antiguas y ruinas de castillos cobran vida durante la noche, acogiendo a jóvenes entusiastas del techno que buscan una experiencia musical y comunitaria fuera de lo común.

En Cork, la cultura de raves ilegales no solo prospera, sino que es una respuesta directa a la falta de espacios comerciales que acepten este tipo de eventos. Según el fotógrafo irlandés Maclaine Black, de 23 años, quien ha documentado la escena durante los últimos dos años, "el estándar de la música es realmente alto. Cuando los DJs de Dublín vienen a tocar a Cork, están nerviosos por la competencia".

Los organizadores de estos eventos han tenido que ser ingeniosos para evitar las restricciones comerciales. “Los locales comerciales no nos quieren por el estigma asociado a las drogas,” explica Black. Esta necesidad ha empujado a los jóvenes hacia las raves ilegales, donde pueden disfrutar de sets más largos y fiestas que se extienden hasta el amanecer.

El proceso de organizar estas raves sigue siendo tan clandestino como siempre. “Recibes un correo electrónico el día del evento con las coordenadas,” cuenta Black. A veces, los promotores organizan un autobús para llevar a los asistentes a una misteriosa ubicación en el campo. La experiencia es casi mágica. “Salimos del taxi y caminamos en completa oscuridad y silencio, hasta que escuchamos el retumbar de la música en la distancia,” recuerda Black.

Una de las imágenes más emblemáticas de Black captura la energía de estas fiestas. “Ese es Cyprian, un buen amigo y un gran bailarín. La gente siempre nos confunde porque ambos tenemos la cabeza rapada y estamos en la cultura gabber,” dice Black. La intimidad y el sentido de comunidad son cruciales en estas fiestas. “Para asistir, realmente tienes que amar la música y querer estar allí,” añade.

A pesar de su naturaleza clandestina, la seguridad es una prioridad en estas raves. “Los organizadores se esfuerzan por asegurarse de que todos se sientan seguros y bienvenidos,” señala Black. La escena atrae a una mezcla diversa de personas, incluyendo muchos de la clase trabajadora y la comunidad queer.

La escena de raves ilegales en Cork es un refugio para aquellos que buscan una conexión auténtica con la música y una comunidad inclusiva. Los organizadores trabajan arduamente para mantener la esencia de estos eventos: pasión por la música, seguridad y un espacio donde todos pueden ser ellos mismos.

Lee el artículo original en Vice

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Creado el

August 5, 2024