Downtempo: el regreso del hermano lento de la electrónica
El Downtempo, es un estilo musical que puede estar considerado como un sub-género de la electrónica, pero que cuenta con características bastante claras: Ritmos que no superan los 100 BPM, algo de Hip Hop, quizás un Mc o voz femenina en algunos tracks, samplers de jazz o soul clásicos, un poco de bossa por aquí y por allá, sumado a sintetizadores que hacen un llamado a viajar con los sonidos. Por algo su exponente más popular en los 90’s se denominó Trip Hop, con Portishead y Massive Attack a la cabeza y clásicos álbumes como “Protection” y “Dummy”.
De ahí en adelante, con la llegada del nuevo milenio y mientras en paralelo se comprobaba que el Y2K era la primera fake del siglo XXI, muchos proyectos de Downtempo comenzaron a surgir y copar la escena electrónica y nacientes festivales masivos del género. Y también estar en las vitrinas principales de disquerías alternativas, que en la cumbre del CD, los vendían hasta en 20 mil pesos con curiosas ediciones japonesas o con un CD-ROM con contenido audiovisual y multimedia. CD original que amigo compraba, pero que prontamente era copiado y guardado en un estuche para Cds repleto de discos plateados escritos con plumón permanente. Y así se escuchaba sobre el sello G-Stone y los austríacos & Kruder Dorfmeister, que luego de separarse, cada uno generó exitosas carreras con Peace Orchestra y Tosca. Se consolidaba en el Reino Unido el sello Ninja Tune y artistas como Amon Tobin, Mr Scruff, Coldcut, Dj Food entre otros, se escuchaban en compilados de la compañía independiente, cuyo proyecto más exitoso quizás es The Herbaliser, con sus trabajos “Take London”(2005) y “Same as it Ever Was”(2008). Suerte haberlos tenido en un humeante dj set en esos festivales capitalinos llamados SUE.
Para qué hablar del dúo de Washington Thievery Corporation, formado por los músicos Rob Garza y Eric Hilton, que generaron dos discos fundamentales de este estilo como “The Mirror Conspiracy”(2000) y “The Cosmic Game”(2005). De ahí también tenemos en Francia a exponentes como Kid Loco y Dj Shadow. Y de vuelta a Inglaterra con los elegantes Fila Brazilia, su disco “Jump Leads”(2002) y el elogiado remix a Radiohead “Climbing up the walls”.
Todo pintaba para bien. Sellos sacaban compilados que se vendían como locos, sus artistas aparecían en importantes Soundtracks, videojuegos y todos querían ser remixados por alguno de los exponentes del Downtempo mencionados. También no mencionados. Porque la verdad, el BPM a menos de 100 era el sonido reinante de le electrónica. Sin tomar obviamente en cuenta las carreras de Daft Punk o Chemical Brothers, que corren por un camino de éxito y genialidad aparte.
Pero algo pasó. Comenzaron a verse en góndolas de supermercados y tiendas de retail, en carretes de casas o departamentos donde uno era invitado, CDs de engendros con el nombre de “Café del Mar”, “Hotel Costes”, “Lounge and Bossa”, “Chill Out Compilation”, “Lounge and Chill Out For lovers” y cualquier cosa que tuviera las palabras “Chill Out”, “Lounge”, “Downtempo” y “Café” en algunas ocasiones. Pero sin duda la gota que rebalsó el vaso, fueron esos seres despreciables, digo, discos, denominados “Bossa and…”. Que básicamente eran covers de grandes bandas en versión Chill Out, Bossa y Downtempo. Y naciendo rápida y expansivamente como callampas, se veían editados títulos como “Bossa and Stones”, “Bossa and Roses”, “Bossa and Bowie”, “Bossa and Marley” y etc. etc. etc. Todo asqueroso: Arreglos plásticos, voz que era una mezcla de Marilyn Monroe cantándole a Kennedy y Alvin y las ardillas, sintetizadores con Patterns de fábrica, bases de batería del Dr Rex de Reason….Una falta de respeto estos papelitos en la cancha, como diría don Sergio Livingstone, que en paz descanse.
De ahí, todo se fue al carajo para el Downtempo. El género Indie e Indie Pop se consolidaba e incluía muchos elementos de la electrónica. Y otro ser despreciable llamado EDM, comenzaba a copar la zorronería festivalera. David Guetta (Emoji de vómito), Steve Aeoki (Emoji con lágrimas y un trozo de pastel) eran los nombres que aparecían como Headliners de carteles. Obviamente el Minimal, Deep y House sacaban la cara con grandes exponentes. Pero de Downtempo….nada destacable y nuevo bajo el sol durante 15 años.
Pero llega la pandemia. Costumbres nuevas y curiosas comienzan a aparecer o resurgir en los seres humanos. Y los artistas que no podían hacer conciertos o shows, replantearon sus carreras. Sumado a que bailar en un club no ha sido opción en dos años, que el ánimo de bailar no es muy fuerte al ver que se enferman y mueren personas, junto con que la virtualidad no ha podido reemplazar a los eventos presenciales, quizás era el momento de volver a una electrónica más lenta y reflexiva. Y que el viaje fuera más interno, con audífonos, desde el propio encierro.
En una especie de marcha blanca, ya el 2018, The Herbaliser sorprendió con un disco donde la electrónica de ritmos lentos, se veía muy renovada. Como una actualización de sistema operativo del Downtempo. Se trató de “Bring out the Sound”, una mezcla de temas en el que se nota una nostalgia al estilo, pero con bases, sintetizadores y Mc’s que llevan al viajar al futuro de esta corriente. Ya su primer track, “Breach”, marca una pauta que dan ganas de emprender el viaje con un disco completo, en épocas donde el servicio de suscripción de Spotify le quitó el valor al Longplay y ha dado como resultado que las bandas y artistas sólo piensen en lanzar singles o Ep’s.
Y en esta tónica, varios sencillos han sorprendido en este regreso del hermano lento de la electrónica. Uno de los más importantes, es el retorno a los estudios de los austríacos Kruder & Dorfmeister y el lanzamiento en 2020 de su single “Johnson”, que derivó en “1995”, un trabajo impecable, aunque suena demasiado al año del título del mismo. En una tónica más juguetona, el francés Kid Loco acaba de editar el cover de Bobby Hebb “Sunny”, que suena bastante a una ironía al indie pop, pero que con su lado b “Arnold Layne” de Pink Floyd, se ve un trabajo de mezclar los sonidos de la electrónica digital con la psicodelia de Syd Barret, como una actualización de sus propios sintetizadores.
El sello independiente multinacional, Future Archive Recordings, fundado en 2018, son los que han marcado la tónica en este renacer del Downtempo, gracias al neoyorkino Tony Simon, aka Blockhead, que alguna vez militó en Ninja Tune. Con dos discos fundamentales que no suenan al pasado. “Bubble Bath”(2019), “Quar and Peace”(2020) le han dado una vuelta sonora al estilo, que se nota más aún con los sencillos de 2021 “Nostalgia Is a Scam” y “For Fork’s Sake”, que son un adelanto a su álbum “Space Werewolves Will Be The End Of Us”, que pronto saldrá en tu plataforma favorita de pago.
Ha vuelto el hermano perdido y con muchos otros temas y artistas que no caben en este artículo por espacio, pero si les parece, aquí unas recomendaciones, sumadas a otras ya mencionadas:
-Blockhead “Nostalgia is a Scam”
-Kruder & Dorfmeister “King Size”
-The Herbaliser “Seize the Day”
-Wax Tailor “Just a Candle”
-Kid Koala “Lost at Sea”
-The Avalanches “The Divine Chord”-The Cinematic Orchestra “A Caged Bird/Imitations of Life”
Para más bandas e info, busque con los nombres anteriores, la sección “Artistas relacionados” en su plataforma de música de pago favorita.
PD: No se incluyó a Moby en este artículo por conflictos internos del autor con el artista.
November 18, 2022