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Desert X, la bienal de arte del desierto

Doce artistas de distintas partes del mundo se despliegan a través del Valle de Coachella, en Estados Unidos, en esta Bienal que nació para mostrar cómo la utopía y la distopía pueden convivir juntas, y al mismo tiempo, en el desierto. Un juego de salón gigante hecho de materiales nativos, una cerca laberíntica que deja ver la luz y las sombras de este paisaje árido, o una ballena figurada sobre una piscina donde se transforma la luz solar en energía, son parte de la cuarta versión de esta muestra enfocada en las consecuencias sociales y ambientales del cambio climático.

“Me interesa la forma en que este lugar, con todas sus extrañas manifestaciones, estimula a los artistas”, decía el curador Neville Wakefield cuando se preparaba la versión inaugural de Desert X, evento organizado por la fundación The Desert Biennial y que tiene activa su cuarta muestra hasta el 7 de mayo de 2023. 

Situada en el Valle de Coachella, al este de Los Ángeles en el sur de California, tiene al desierto como escenario e inspiración para los artistas de distintas partes del mundo que instalan allí sus obras al aire libre, de sol a sol, y que se exhiben de forma gratuita para los visitantes.

En este contexto, el desierto se ha convertido en una fuerza creativa, impulsando obras como “Curves and Zig Zags” una muralla de 30 metros de largo, de fondo blanco y curvas negras, instalada por Claudia Comte el 2017, que invitaba a analizar el contraste entre naturaleza y cultura, orden y caos, forma geométrica y orgánica, con una composición abstracta que parecía zigzaguear en distintas direcciones, como arena movediza.

 

“El desierto es una abstracción, un lugar de escasez, contrastes, cruda supervivencia, misterio y transformación. Paradójicamente, es su inhospitalidad la que, en parte, ha acogido nuevas formas de vida”, argumenta el curador frente a un escenario que ha sido testigo del paso de diversas culturas a lo largo del tiempo. 

De allí surgen instalaciones como “The Passenger” de Eduardo Sarabia, que el 2021 invitaba a sumergirse en un laberinto en forma de punta de flecha, construido de petates -alfombras tradicionales tejidas con fibras de palma- rindiendo homenaje a las travesías de los migrantes, “cuando me invitaron a Desert X inmediatamente pensé en mi madre y su viaje a través del desierto, viniendo a Estados Unidos”, relataba el artista nacido en Los Ángeles y que hoy volvió al país de sus orígenes, México.

 

Neville Wakefield agrega que las historia e ideas que han surgido de este lugar se acumulan de una forma casi geológica, donde capas de conocimiento y cultura se montan unas sobre otras, desde el entendimiento de la Norteamérica nativa del paisaje y el espacio, hasta la era actual, pasando por la arquitectura modernista de Palm Spring de mediados del siglo XX, “no es coincidencia entonces que el desierto haya traído estilos de vida, puntos de vista y formas de arte y arquitectura extrema (...) es claro que aquí conviven formas de utopía y distopía, de lado a lado”, señala. 

Así, en el valle donde el mismísimo John Ford tuvo su última residencia, en el que Frank Sinatra disfrutaba sus vacaciones y mundialmente conocido por el Coachella Festival -evento de música alternativa que se celebra desde los 90´ y que hoy se repleta de ricos y famosos-, se instala Desert X. Su postura, respetuosa del entorno, reconoce a la gente de Cahuilla (pueblo que ha habitado este lugar desde tiempos inmemoriales) como los administradores originales de la tierra en la que se desarrolla la exhibición. 

 

Selección de la muestra Desert X 2023

Atrayendo a quienes se sienten sofocados por las paredes de museos y galerías, las tres exhibiciones anteriores de Desert X (2017, 2019, 2021) convocaron a más de 1,25 millones de personas. En su cuarta versión, la exposición comisariada por Neville Wakefield y la co-curadora Diana Campbell, presenta 12 instalaciones. 

Las estructuras de gran escala no sólo buscan mostrar cómo el ser humano se ha adaptado al desierto, sino también “las construcciones sociales que dan forma a un mundo cada vez más moldeado por la crisis climática y las migraciones políticas y económicas que la siguen”, explican sus organizadores. Desert X convoca a sus públicos a aventurarse, comprometerse y abrir sus corazones a la belleza del desierto y a los desafíos claves de la ciudadanía global, prestando atención a las historias detrás de cada instalación de arte. 

 

La artista británica-bangladesí Rana Begum presenta No. 1225 Chainlink, una cerca metálica extendida sobre el Valle de Coachella que disipa la función de este material destinado a proteger, dividir y asociado a la violencia, pero que también emula las montañas del entorno. Se puede visitar desde el amanecer hasta el atardecer, jugando con la luz y las sombras en un espacio laberíntico para el visitante. 

 “Nosotros podemos observar cómo la luz y el aire, la arena y el agua, así como la gente, pasan, se filtran, atraviesan su pabellón en forma de nube, ofreciendo caminos de escape expansivo en lugar de un reductor encierro. En un constante cambio por el movimiento del sol y de los visitantes dentro de él, la pieza enfatiza que nada en la vida es estático; todo, desde el mundo exterior hasta nuestras emociones internas, se encuentra en un estado de flujo continuo” (Neville Wakefield y Diana Campbell, Desert X). 

Gerald Clarke, un líder comunitario de Cahuilla, artista, profesor universitario y vaquero, creó Immersion, una escultura monumental con la forma de una cesta tradicional de Cahuilla, que instaló a modo de tablero de juego en el desierto para sumergir a los visitantes en la historia natural y cultural de los nativos americanos de la zona

Catalizando el aprendizaje activo, una estructura similar a un laberinto invita a los visitantes a caminar sobre ella y a moverse mediante instrucciones guiadas por una serie de cartas, donde la recompensa del jugador consiste en encontrar nuevas formas de ver y comprender el paisaje” (Neville Wakefield y Diana Campbell, Desert X).

 

Matt Johnson, desarrolló Sleeping Figure, una escultura formada por una serie de contenedores que representan el comercio global de bienes y que capta la atención de quienes transitan por el Valle de Coachella, por el contraste con el entorno natural. Construida con materiales cuyo significado es fácilmente reconocible para cualquiera, con las montañas de fondo, las figuras se convierten en actores que se despliegan en un escenario.

 “Ubicada a lo largo de la arteria principal que conecta el puerto de Los Ángeles con el interior de los Estados Unidos, la escultura adquiere relevancia local debido a la ubicación reciente aprobación de los centros de distribución en el norte de Palm Springs y Desert Hot Springs. Informal y lacónico, domina el paisaje y nos recuerda que la mano invisible del globalismo ahora conectada a su cuerpo contenedor se ha posado en el Valle de Coachella” (Neville Wakefield y Diana Campbell, Desert X).

 

Lauren Bon y su Metabolic Studio trabajaron en The Smallest Sea With the Largest Heart, un objeto poético que metaboliza la luz solar en energía. La instalación se puede ver de noche en la piscina de un hotel ubicada en un espacio donde el agua escasea, intentando asombrar y generar esperanza. 

Una escultura de acero como de encaje, un corazón de ballena azul a escala dentro de una piscina llena de agua de Salton-Sea que, en lugar de permanecer como un presagio de la muerte, metaboliza y crea energía y agua limpia que deposita de nuevo en la atmósfera. Alimentando, a lo largo de la exhibición, el potencial para la vida futura y transformándose visualmente en el proceso” (Neville Wakefield y Diana Campbell, Desert X).

Créditos fotografías: Desert X

Más info en https://desertx.org/

“El desierto no está vacío” 

Vesna Obilinovic arquitecta, académica, gestora territorial y directora de proyectos de Nomadesert, una plataforma de activaciones territoriales en el desierto de Atacama, es una de las personas que ha desarrollado instalaciones de arte en el desierto de nuestro país. Organiza el festival “Desierto Sonoro” y creó “Tarapacá Transversal”, un relato visual y sensorial que convoca al público a reflexionar sobre la ocupación que ha tenido el desierto en la Región de Tarapacá a lo largo de la historia, “busca poner en valor su ocupación ancestral a partir de un dispositivo móvil (...) El desierto no es un lugar vacío, de allí la importancia de las instalaciones de arquitectura efímera que impulsan reflexiones, conversaciones e innovaciones sobre este territorio”.

 

 

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Creado el

April 10, 2023